Después de beber mucho (yo, ella no), salimos de ese lugar y nos pusimos de acuerdo para ir a cenar, pasado un rato y todavía sin saber a donde íbamos, nos aborda un vendedor de flores de esos que de ahuevo quieren envarillarte un ramo nomas por que te ven con una morra.
Vendedor: Joven, ¿Una rosa para señorita?
Yo: Nel compa, después se la come. (típica respuesta resbalosa)
la voltee a ver y pensé; ¿por que no?, después de todo yo la había invitado a salir y le había pichado la peda, en pleno antro/bar tuvimos una platica medio existencial, un detalle como ese, queda de perlas.
Yo: Bueno, deme una. (Le doy un billete de 100)
Vendedor: Híjole, no traigo cambio, si quiere le vendo el ramo de 4 y de regalo le doy la que me quiere comprar.
Yo: Ok... (Ya me chingo, pero ni modo de verme marro con esta vieja)
Vendedor: Muchas gracias, que tengan buenas noches.
Yo: toma...
Ella: gracias... (Se sonroja)
Yo: ¿Hace mucho que no te regalaban rosas, verdad?
Ella: Nunca me habían regalado rosas...
verga...
Eso me pasa por salir con viejas raras.
miércoles, 22 de julio de 2009
Tres Coronas
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